El 7D, o 7 de Diciembre, es la fecha tope que dictó la justicia argentina para que los medios se adecuen a la Ley de Medios que rige en el país desde hace ya dos años. Según pregona el gobierno de Cristina Kirchner, la ley tiene como fin terminar con la concentración de medios en Argentina y fomentar la pluralidad. Esto ha sido muy criticado por opositores y por ciertos medios como el Grupo Clarín, que dicen que esto no será así, ya que lo que quiere el gobierno es controlar los medios a su antojo.
De todas formas, la polémica fecha ya llegó y a partir de hoy aquellos que no se adecuaron iban a tener que hacerlo y el futuro de Canal 13, Telefe, para citar algunos implicados, podrían haber estar en juego. Sin embargo, en las últimas horas, un fallo de la justicia argentina dio el visto bueno a una medida impulsada por Clarín que aplaza la fecha del 7 de diciembre hasta tanto no haya una sentencia sobre el tema de fondo.
Más allá de lo que finalmente suceda, ya que tiene tintes de ¨culebrón¨, la puja entre el gobierno de Kirchner y el Grupo Clarín está más fuerte que nunca y todo puede ocurrir en este escenario.
En cuanto a lo que respecta a Paraguay, sólo el hecho de que todo un país vecino esté expectante de lo que pueda suceder en materia de regulación de medios, puede traer consecuencias en los medios locales.
En nuestro país también existe concentración de medios y más en la televisión con 4 señales en manos de 2 grupos empresariales. Por otro lado, los enlatados y las señales internacionales poco aportan a la producción local, haciendo casi imposible producir compitiendo contra el rating de productos que en origen han tenido una enorme inversión y llegan al país a precios irrisorios. Algunas de estas situaciones de mercado están contempladas en legislación de la Conatel, pero no se cumplen y en vistas a la llegada de la televisión digital, es aún más preocupante.
Por lo tanto, lo que ocurre con el tan publicitado ¨7D¨ en Argentina no es una simple fecha, ya que tarde o temprano también llegará a Paraguay, uno de los pocos países en América Latina que aún no ha tenido un serio debate sobre cómo incentivar la competencia en el mercado televisivo y evitar una concentración que impide el buen desepeño del sector.