Los premios en TV son necesarios. No sólo por la satisfacción que da el recibirlos, sinó también porque generan la necesidad de mejorar y de mirarse en el otro para competir por la excelencia, por avanzar y dar lo mejor de cada uno.
Desde ya hace un tiempo, las premiaciones en el mundo televisivo han perdido el brillo de antes. Desde Estados Unidos hasta en Argentina, los ratings demuestran que el interés es decreciente por parte del público, todo esto teniendo en cuenta el auge de la TV en las distintas plataformas y que la televisión abierta dejó de tener el brillo de décadas anteriores, cuando dominaba los ratings a nivel global.
En Paraguay, existieron varias premiaciones, pero la única que continúa vigente es la que lleva adelante todos los años Juan Carlos Amoroso, con un loable afán de premiar al medio televisivo y radial. Algo que nació como espejo de los Martín Fierro en Argentina, pero que nunca logró la estructura de dichos premios, como contar con un organización como APTRA detrás, que más allá de las críticas que tiene en el vecino país, está integrada por prestigiosos periodistas de espectáculos de diferentes ámbitos que le otorgan credibilidad.
En el caso de los Premios Paraná, que el sábado 12 de Diciembre se entregaron de manera virtual, ha sido siempre una de las grandes falencias del premio, ya que nunca convence la conformación del jurado, y es poco claro el procedimiento de la elección de ternas y juzgamiento. Eso sin entrar en detalle en las desprolijidades técnicas y de mal gusto en la última entrega, que con limitaciones lógicas por el Covid, redujo la cantidad de premios y entregó galardones “del público” y “al mejor vestido” en una gala virtual, ganando el Paraná de Oro Chiche Corte.
Teniendo en cuenta que de los premios actuales no participan varios de los canales más vistos como Telefuturo, Latele o Noticias Paraguay, además de las radios y la mayoría de figuras que forman parte de dicho conglomerado de medios, eso presenta el principal problema que tiene actualmente dicha premiación. Como ejemplo, si el canal líder en audiencia no forma parte de la premiación, ¿a qué programas se va a premiar? ¿Qué sentido tiene otorgar un galardón a una producción que no haya liderado en audiencia, o contado con la máxima aceptación del público? ¿Qué se está premiando? Eso sin contar las figuras, que muchas de ellas gozan de mucha popularidad y lideran en encuestas de opinión en cuanto a influencia. No estamos diciendo que las producciones que tienen mayor audiencia sean mejores, pero es innegable que una serie global como Game of Thrones, para poner un ejemplo, fue en los últimos años la más vista en TV paga y la de mayor calidad e inversión en dinero también.
La TV en Paraguay ha crecido considerablemente en los últimos años, y existen diversas opciones en TV abierta y cable que con mucho esfuerzo llevan adelante producción nacional y es muy destacable. Pero eso no quita el sentido de una premiación, la razón de ser de celebrar un reconocimiento a la excelencia de una industria.
Sin desmeritar el trabajo de Amoroso, que tiene una larga trayectoria y merece el reconocimiento de haber tenido el interés y la iniciativa de desarrollar la única premiación que sigue vigente, el premio en sí no le hace bien a la televisión local. Genera una falsa sensación de éxito de una industria con problemas y que necesita mayor calidad en la producción para poder captar el interés de un público que tiene su atención puesta en las infinitas ofertas de contenidos existentes hoy en día y de altísima calidad en múltiples sistemas televisivos ya sea tradicionales o por streaming.
Es momento de pensar en el futuro de la industria. De ser serios y responsables y dejar los egos de lado y la rivalidad para pensar en que nuestro público y los anunciantes necesitan señales contundentes de la TV local. Se tiene que demostrar que el medio televisivo busca una excelencia, que se toma en serio los desafíos actuales y que mira al futuro con ansias de competir, de satisfacer las necesidades de un mercado mareado y desentusiasmado.
De nosotros depende tener la TV que queremos en el futuro.
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