Por Agustín Genovese | Economista. Consultor y Productor de contenidos.
En tiempos en los que nuestra atención está dividida en múltiples pantallas, que un contenido nacional concentre la atención de todos no es poca cosa.
La nueva serie sobre Marilina Bogado no sólo es un éxito, sino que consiguió reunir a una masiva audiencia como hace años no se veía en la TV nacional. Y no sólo lo dice Kantar (con un 70% de share en TV abierta), sino que lo dice la calle. Basta con preguntar a amigos, parientes o en el ambiente que sea, que todos están enterados de la nueva ficción nacional.
No menos que Marilina
Lo que marca Marilina es un punto de inflexión. La TV abierta no puede hacer menos ruido que el actual. No basta con comunicar a la gente o al anunciante ratings ganadores, porque hoy todos entendemos que los números siempre serán escasos ante tantos contenidos para ver en demasiadas plataformas. Y nada es más creíble y más actual que el ¨boca a boca¨. ¿O no anotamos la serie de Netflix que nos recomiendan? ¿O el reality que alguien está viendo en alguna plataforma de streaming?
Muchos dirán, ¨no tenemos presupuesto¨. Y la pregunta que me hago es: ¿En qué gastan?
Muchos dirán, ¨no tenemos presupuesto¨. Y la pregunta que me hago es: ¿En qué gastan?
Marilina puede haber salido cara o muy barata. La inversión en un contenido se tiene que evaluar por la rentabilidad, que en éste caso no sólo pasa por la cantidad de anunciantes, sino por el impacto en audiencia y consolidación de la marca en el público. Y la marca sí es importante. ¿Cuántos anunciantes pueden construir imagen en redes sociales? Las empresas grandes necesitan de la televisión nacional para asegurar una llegada masiva y también para posicionarse, ya que en digital eso es más difícil de conseguir.
Por eso, todos los que vivimos con pasión la TV nacional nos entusiasma éste momento. Porque si no sabemos disfrutar del éxito, aunque sea ajeno, difícilmente podamos generar uno propio.
El éxito de Marilina es una suma de muchas cosas, pero hay que apostar al talento frente y detrás de cámaras, a las buenas ideas y acompañarlas con inversión, porque no existe la buena televisión de bajo presupuesto.
¨no existe la buena televisión de bajo presupuesto¨
Es importante una reflexión de toda la industria en torno al futuro de la televisión local. ¿Qué televisión estamos haciendo? ¿Cuál es el objetivo de los canales nacionales? ¿Cómo aseguramos generar el ruido necesario que nutre al negocio y garantiza una óptima inversión publicitaria?
Es bueno hacernos éstas preguntas para poder seguir pensando en que el mercado televisivo nacional tiene mucho más por dar, pero hay que apostar al talento e invertir en contenidos de alta calidad, es una fórmula ganadora.