Desde hace varios años, el tema recurrente en NATPE es la disrupción, o los efectos que está teniendo la tecnología en la TV tradicional. Al principio, se notaba un ambiente de tensión ante lo nuevo, mientras que ejecutivos de larga trayectoria minimizaban lo que sería el impacto de las nuevas tecnologías en el negocio broadcast.
La novedad es ver ahora cómo lo digital dejó de ser lo ¨nuevo¨ para pasar a ser lo ¨cotidiano¨ en los diferentes debates entre líderes de opinión de todo el mundo. Las miradas están puestas en los representantes de los grandes players como Netflix, Amazon, Hulu o Youtube, y los asistentes quieren entender cómo ellos plantean las nuevas reglas de juego. Es común ahora que en los paneles haya una fuerte presencia de lo digital formando parte de discusiones en las que se se habla sobre el futuro de los contenidos, panorama en el que las plataformas vía internet son protagonistas con grandes rubros para el desarrollo de series, películas, y programas de TV.
Mientras las estadísticas muestran una disminución del consumo de la TV lineal, y un alza en la migración de anunciantes a otros ámbitos, esto anticipa que el futuro para los canales tradicionales trae muchos desafíos, y más para aquellos que no hayan hecho la tarea de actualizarse, generando contenidos multiplataforma y formalizando un rol protagónico ante la audiencia que sea, entendiendo que el nuevo papel de las cadenas que sólo viven de la programación por horario pasará por otro lado, y que ya han perdido el liderazgo que ostentaron durante décadas en esa modalidad de negocio.
¨El canal que ves cuando no ves Netflix¨
Uno de los conceptos que más me llamó la atención en NATPE 2016 fue el expresado por Jack Abernethy, CEO de Fox Television Stations. En el panel denominado ¨Cómo mantenerse a flote en tiempos turbulentos¨, con presencia de destacados grupos de televisión de Estados Unidos, dijo en un momento que sus canales querían ser la mejor opción para aquellos que no están viendo el popular servicio de tv on demand. ¨Nuestro foco en los últimos cinco años o más es que vengas a ver nuestro canal cuando no estás viendo Netflix¨.
Es un enfoque muy interesante teniendo en cuenta lo que decíamos antes sobre la evolución que ha tenido el concepto de disrupción. Lo más llamativo es el lugar que se adjudican algunas cadenas de TV lineal, aceptando las nuevas tecnologías y entendiendo que ya no son la primera opción del televidente. No sólo la primera pantalla es el smartphone, sino que a la hora de sentarse frente a un televisor, la gente elige primero contenidos a la carta y no los impuestos por un canal. ¿En qué orden aparecería entonces la TV abierta?
En cuanto a Latinoamérica, es grato ver crecer la presencia de nuestros países en grandes eventos de televisión y la gran curiosidad que existe sobre cómo generar contenidos atractivos para el público latino. La tecnología también impacta fuertemente en nuestros mercados y existen nuevos fenómenos de producciones de países que antes eran desconocidos en el mundo televisivo, como Turquía. Esto ya tiene sus derivaciones, y cadenas de la región como Telefe entienden que han perdido terreno, preparándose para competir con nuevas co-producciones, mostrándose muy ágiles, redefiniendo roles en una industria cada vez más competitiva.
Tanto los formatos, como los reality shows, se vuelven herramientas muy necesarias en cuanto a programación, más sobre todo a la hora de buscar una diferenciación con los OTT, porque muchos tienen muy claro que será difícil competir contra ellos, por ende lo mejor es adecuarse a ser la segunda mejor opción, en busca también del anunciante que queda fuera de sistemas como Netflix.
En síntesis, aquellos que entienden que hay nuevos tiempos en la TV son los que con mayor madurez están enfrentando los desafíos. No podemos adivinar cómo será la TV de mañana, pero lo que sí sabemos es que los hábitos de los consumidores cambiaron y que hay demasiada información sobre lo que ¨no quieren¨ para el futuro. Es cuestión de adaptarse, entender las nuevas reglas de juego y reinventarse. Hoy Estados Unidos vive una de las mejores épocas en cuanto a cantidad de producción de contenidos para televisión. Ahí vemos lo que no está cambiando, el contenido siempre es el rey.